viernes, 28 de junio de 2019

Guía mis manos, y he de sanar


"Guía mis manos, y he de sanar por Kasia Lacey."

Lamya, con sus manos pálidas. Ella toca su rostro con sus dedos temblorosos, acompañados de esa mirada distante que solo contempla a ese objetivo que ella nunca podría alcanzar.

"Baila para mí."

"¿Que baile para ti? ¿Ahora?" Su voz tiembla mientras se agarra de los hombros de la Kaleik "Nuestra muerte se aproxima por encima de nosotros, y sin embargo ¿Tú quieres que yo baile?"

"Cuando se entere de que estabas bailando durante tu camino a la muerte mientras yo cantaba la canción indicada, el dios de la muerte derramará lágrimas que él nunca pensó que podría arrojar."

Ciegos ante la luz, la luna y el sol, los Kaleik siempre son desafiantes. Lamya, rió a pesar de todo... "Ustedes los Kaleik, siempre tan poéticos. Incluso en sus últimos momentos, sus palabras podrían inspirar a miles de dramaturgos humanos."

"No hay canción que se compare a la de tu corazón cuando bailas. Está vivo, está latente y crea su propia melodía para guiar tu cuerpo. Por ti, mi amor, debo cantar frente a la muerte."

Los labios de Lamya tiemblan, ella se pone de pie. Ella levanta su mano, cierra sus ojos y comienza a danzar al ritmo de la música que surge a partir de los ecos alrededor de la pequeña habitación.

La Kaleik de ojos pálidos permanece sentada y abre su boca.

Oh, mi gran amor
No debes temer
Por mí, al fin de este día
Recuerda nuestro amor
Que no se puede ver
Oler, ni escuchar
El destino no
Nos dejará crecer
Perdóname, mi amor
La última danza es
Ya no cantaré
Hoy, nuestra vida acabó

El Fin.

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