viernes, 28 de junio de 2019

Ardiente Ilusión


"Ardiente Ilusión por Oona Maiele"

"No" ella pensó "Esto no puede ser." Él era un elfo lunar, no, un lord elfo lunar ¡Era imposible!

Oh, pero la forma en que él sonreía. Él comenzaba a avivar la llama de esperanza en su corazón. Rápidamente ella cerró la puerta y se cubrió el rostro con sus pequeñas manos.

Ella se veía ridícula, estaba segura. Emocionarse tanto por un simple cumplido. Seguramente él no iba en serio y sólo jugueteaba con sus sentimientos. Sin embargo, su amo no era de los que jugaban ¿O sí? Ella siempre se consideró afortunada de haber sido comprada por un amo tan amable.

Ella tenía amigos que eran torturados, o incluso peor, por sus amos. Lord Theren era todo lo contrario. Él casi nunca estaba en casa. Y cuando estaba, él solía preguntar a sus sirvientes cómo se encontraban, e incluso cada mañana se servía su té él mismo.

"No" ella volvió a pensar. No había forma de que él sintiera cariño alguno hacia ella. Ella solo era una Lith. Sus piernas aún temblaban ¿Quizás ella lo había escuchado mal?

"Te ves hermosa" ella repetía sus palabras recordando su grave y ardiente voz. Aún sentía el calor de su mano en su cuello, donde él la había tocado suavemente.

No, de ninguna manera. Ella se golpeó la cabeza intentando desvanecer sus pensamientos impropios. Pero estos no se iban. Solo podía pensar en él. Sus labios, sus manos, su largo, sedoso y negro cabello. Sudando y jadeando ella cayó sobre sus rodillas. Ella casi podía escuchar sus propios latidos. Eso era porque ella había corrido. En el intenso calor ella guardo sus pensamientos en lo profundo de su conciencia. Ella estaba confundida.

"Oh...
Un momento, ¿Qué es esto?"*


Javier,
Escondí el alijo donde me dijiste que lo hiciera.
Si no recuerdas el lugar, aquí está una pista:

Está donde el río dorado fluye.
Busca bajo el lugar donde el hombre nocturno se sitúa.

¡Encuéntralo!

"Hmmm... un alijo escondido ¿Eh?"

*Nota: Esto es un recado oculto que aparece la primera vez que abres el libro. Solo la primera vez.

Poesía de Arunia: Baladas


"Poesía de Arunia: Baladas"

Balada de Codicia

Reúnanse en este salón y escuchen mi historia,
Había un vez, una tierra realmente pura,
Ahí vivía un hombre, codicioso y sombrío
Él no podía diferenciar la luna del sol.

Ese hombre vivía en una cueva oscura y fría,
Y su respiración era muy débil y jadeante,
Él deseaba tanto tener poder en sus manos,
Que olvidó que era un simple mortal.

Dispuesto a volverse joven y vivaz otra vez,
El hombre partió hacia la tierra de los hombres fuertes,
Él escaló, caminó y corrió junto al viento,
Pero él no sabía cómo los iba a convencer.

Él deseaba hablar con los dioses y ser,
Un energético y fuerte guerrero, hecho y derecho,
Pero los dioses sabían que él solo contenía codicia,
Así que decidieron no otorgarle su favor.

Traicionado y débil para volver a su oscura cueva,
El viejo intento convencerlos de que pronto moriría,
Los dioses no lo pensaron más de dos veces,
Así que se concentraron y arrojaron los dados divinos.

Ahora el hombre está encerrado en una caja de plata,
Donde pasa el resto de sus días y lentamente se marchita,
Un hombre tan codicioso y deseoso de poder y fuerza,
Que olvidó que la vida no se mide en años.

Herbolaria: Flores curativas ~ lavanda


"Herbolaria: Flores curativas ~ lavanda por Camille"

~Lavanda~

Esta es una flor bastante común en las tierras de Arunia. Al mismo tiempo es fácil de reconocer, así que realmente no hay riesgo de confundirla con otra planta. Las flores son de color morado claro y generalmente se encuentran cubiertas de polvillo blanco. Los tallos son delgados y altos, mientras que las hojas se sitúan en la parte inferior. Las flores crecen en arbustos, donde podemos encontrar más de veinte especímenes al mismo tiempo si no hay otras plantas creciendo a los alrededores. La lavanda es conocida por sus propiedades relajantes y re-generativas. Si alguien está enfermo, usted debe recolectar un ramo de éstas y colgarlas de cabeza en la habitación de la persona enferma; dentro de poco tiempo notará como la persona se relaja o al menos ya no está tan activa. También se utiliza para curar resfriados, deshacerse de los dolores de cabeza causados por el estrés o los nervios, es conocida por ser un ligero antidepresivo, ya que también relaja la mente de la persona. La lavanda además es utilizada como enjuague bucal, el cual fortalece y sana las encías y cura el padecimiento conocido como halitosis - un desagradable olor que proviene del interior de la boca. Para las personas interesadas en hechicería y encantamientos, la lavanda es la flor de la diosa de las brujas y hechiceros. Se utiliza para la protección y la purificación; todo buen hechicero lleva siempre consigo un poco de lavanda para protegerse de las entidades. El incienso de lavanda es perfecto para usarse durante la meditación o si usted desea eliminar todas las energías "impuras" del día. Esta flor puede ser encontrada fácilmente en todos los continentes, sin embargo yo he notado que la mayoría se encuentran en el Bosque Crimson, el cual se encuentra al noreste de Aelvale. También florece por montones cerca de la ciudad de Eloard en Ildis, a su vez puede ser encontrada en Sundrop Island y cerca del Faro de Aelvale.

Sirvientes de la Luna


"Sirvientes de la Luna por Analee Falos"

Mi hermana sigue creyendo en dichas cosas, sin embargo yo, y con todo respeto, encuentro su comportamiento bastante burgués. Recientemente, me enteré de que ella ha estado recolectando información acerca de los solteros disponibles en Ildis. No obstante, mi hermana no comprende qué es lo que la sociedad de Ildis considera como "soltero disponible". Todos ellos poseen riqueza, conocimiento y arrogancia bastante elevada.

Yo no sostengo ningún resentimiento hacia los elfos lunares, a diferencia de lo que ellos dicen de mí. Yo simplemente soy una observadora de las injusticias en la sociedad. No se confundan, yo no soy ninguna idealista. Yo no creo en las novelas románticas de baja calidad que todos leímos cuando éramos jóvenes. Sin embargo, creo en la necesidad de que exista cierto respeto dentro del matrimonio.

Al igual que la mayoría de mis amigas, fui criada por una pareja que se despreciaba mutuamente. Yo nunca vi a mi madre y a mi padre discutir. Dejemos de lado las discusiones. A veces me pregunto si alguna vez mantuvieron una conversación entre ellos. Me parece que dicha hostilidad es el resultado de la mutua desconfianza, al igual que las expectativas y ambiciones incompatibles.

Muchas elfas lunares se casan sin derecho a opinar al respecto. Las familias de ambos arreglan los papeles, antes de que la pareja lo sepa. La mayoría de las elfas lunares ve esto como algo normal dentro de su proceso de crecimiento. Nosotras, desde el segundo en que nacemos, somos criadas para encajar en el ideal de la sociedad. Para ser las esposas ideales, madres y los perfectos símbolos de mujer madura.

Los Tres Reyes


"La historia de los infames Tres Reyes.
O como le llaman los adeshianos: Como los hombres casi joden a Adeshia."

Hubo un tiempo de prosperidad y gloria en Adeshia.
Cuando los tres hijos del Viejo Rey, Faron, gobernaban la tierra de arena dorada.

El mayor, Héctor, era un hombre sabio. El ganaba cada batalla con su ingenio. Tan afilado como su espada.
Su segundo hijo, Mano, era un hombre rico. Todo lo que tocaba lo convertía en oro, ya fuera trigo o elote.
El más joven, Gabriel, era famoso por su belleza. De los tres, él era quien tenía más esposas.

De modo que el hermano mayor, Héctor, gobernaba Saleet. La ciudad capital de Adeshia. Él seguido ofrecía banquetes gloriosos para celebrar su pacífica alianza. En uno de esos banquetes, Gabriel se enamoró de la segunda esposa de Héctor, Valentina.

Valentina era una mujer hermosa y pura. Ella escuchaba las súplicas de las personas y ayudaba a los indefensos en las calles. Amaba y era amada por su pueblo. Ella era La Joya de Saleet. Con la idea de reclamar a Valentina como propiedad, Gabriel se aproximo a su hermano.

"Mi querido hermano, Héctor, tú haz sido mi mentor y mi segundo padre durante todos estos años. Sabes que jamás te pondría en una situación incómoda. Sin embargo, desde el momento en que mis ojos se posaron sobre ella, he estado enamorado de Valentina. No hago más que pensar en su sonrisa. Y la llama en mi corazón cada segundo se hace más grande."

Héctor vio la debilidad en los ojos de su hermano. Una debilidad, de la cual fácilmente podrían aprovecharse. Él sintió la necesidad de enseñarle a su hermano pequeño una lección. Un lección que Gabriel nunca olvidaría.

"¿Quieres a mi esposa?" preguntó Héctor. "¿Pero cómo podría entregártela? Ella significa los cielos y la tierra para mí. Ni las más preciosas joyas podrían tomar su lugar en mi corazón."

Pero Gabriel era persistente. Él no se iría sin Valentina a su lado. "Te daría los cielos y la tierra si los tuviera, hermano. Apuesto a que el amor de Valentina vale cien veces más."

Héctor sonrió. "Ah, mi querido hermano. Tú eres un Rey, un gobernante de esta atemorizada nación. No deberías entregar esas cosas por un capricho. Pero veo tu sinceridad. Llévatela si tanto la deseas, pero quiero algo a cambio."

Gabriel inclinó su cabeza, dispuesto a entregarle cualquier cosa que él pidiera.

"Si amas a Valentina, ya no necesitarás a tus otras esposas. Una sonrisa de ella debería bastar. Te entregaré a Valentina si dejas al resto de tus esposas atrás y prometes nunca tener otra esposa."

Valentina por sí misma, era más que suficiente para Gabriel.

Él dio su palabra y abandonó el palacio al día siguiente, para prepararse para la llegada de Valentina.

Él se deshizo de sus esposas, justo como había prometido. Desapareciendolas de su palacio una por una.

Pasó un mes, luego dos y luego tres. Pero Valentina nunca llegó.

Gabriel, cansado de esperar, decidió visitar a su hermano. "Tú me prometiste a Valentina, he esperado por meses pero ella nunca llegó ¿Dónde está ella?"

Héctor inclinó su cabeza y puso su mano sobre el hombro de su hermano. "Oh, mi querido hermano. Mi dulce, dulce hermano. Me temo que lo único que tengo son malas noticias. En cuanto se enteró de nuestro acuerdo, tu Valentina se quitó la vida. Ella estaba devastada de tener que dejar a su ciudad y a su gente atrás. Dijo que prefería morir en casa antes de tener que vivir en otro lugar lejano."

Gabriel quedó impactado al escuchar la noticia. No solo había perdido a sus esposas, si no al amor de su vida.

"Yo podría haberle dado cualquier cosa" dijo Gabriel confundido.

"Pero tú nunca le preguntaste que era lo qué ella quería" respondió Héctor.

Viendo la sonrisa de su hermano mayor, Gabriel entendió lo que Héctor había hecho.

"¿La mataste..." preguntó Gabriel, "...para probar un punto?"

Héctor sonrió. "No fui yo quien la mató, hermano. Fuiste tú. Tu idiotez le costó la vida a una mujer inocente. Esto es lo que sucede cuando un Rey se equivoca. Nunca lo olvides."

Indignado, Gabriel regresó a su ciudad, jurando venganza contra su hermano. Pactó una alianza con su otro hermano, Mano, a cambio de una buena suma de dinero. Y juntos formaron un gran ejercito que marchó hacia Saleet. Dando inicio a la caída de Adeshia.

La era de guerra duró años, llevándose consigo la vida de muchos inocentes. La gente solo pudo encontrar esperanza en La Joya de Saleet, en el Regreso de Valentina. Ellos rezaban a las diosas para que revivieran a Valentina. Ellos lloraban y suplicaban para que la guerra llegara a su fin.

Escuchando sus plegarias, la diosa de la compasión, Neema, besó las cenizas de Valentina. Y de las cenizas renació, Valentina una vez más.

Neema no fue la única que escuchó las plegarias de la gente. La diosa de la venganza, Echena, estuvo ahí cuando Valentina renació.

Echena le forjó una arma mortal, hecha con la ira del pueblo. Una guadaña de gran poder le fue dada a Valentina.

Con la ayuda de sus madres, Valentina peleó por la paz y la justicia.

Ella limpió a los Tres Reyes de sus pecados al quemarlos vivos, terminando así la guerra, de una vez por todas.

Valentina, quien ahora gobierna la tierra por su cuenta, juró proteger a Adeshia de la corrupción.

"Una reina es la madre y protectora de sus súbditos, y de nadie más."

El pueblo se regocijó, construyó muchos templos en honor a Echena, Neema y a La Joya de Saleet. Ellos juraron alabar a las diosas y a su hija por la eternidad.

Los pecados de los Tres Reyes nunca fueron olvidados. Por este motivo, los hombres tienen prohibido volver a gobernar Adeshia.

El poder envenena a los hombres. Nunca deben juntarse. Alejarlos del poder es protegerlos del pecado.

AV. 123.12.2 Becario Anton Agustin.

La Alpaquita


"La Alpaquita por Hugo Caspian Edison. ¿Un libro para niños?"

Erase una vez, una pequeña alpaca llamada "Saltarina". Ella era una alpaquita muy feliz que amaba a su familia.

Un día, ella vio a un joven humano durmiendo en el pasto.

Observando su vestimenta, ella pudo suponer que él venía de una familia noble. Ella lo observaba a distancia, no podía quitarle los ojos de encima. Él era realmente hermoso, su cabello negro y sus ojos verdes. Dormía pacíficamente como un ángel disfrazado.

Ya era muy tarde, cuando ella por fin regresó a casa. Ella le confesó a su familia que se había enamorado de un humano. Su padre enfureció, y le llamó alpaca tonta.

Las alpacas y los humanos no son el uno para el otro. Saltarina lloró y lloró, escapó de su casa al amanecer. Ella corrió a las montañas con la bruja alpaca, de quien su padre le había dicho que se alejara, tenía la esperanza de encontrar una manera de estar con su ángel.

La bruja le dio un puñado de pasto mágico. Le dijo que si se lo comía, ella se volvería humana por tres días. Al pasar esos tres días, si ella no conseguía enamorar al humano, ella moriría. Como una alpaca. Sin embargo el pasto mágico tenía un efecto colateral. Ella nunca podría hablar como humano. Incluso si lo intentaba, lo único que ella podría decir sería "Baa" como una oveja.

"¿Esto es broma, verdad?"

El precio de las mentiras


"El precio de las mentiras: Capítulo.2 por Estella Rio. Oh, me acuerdo de este. Fue bastante popular hace unos años."

"Me haz estado pidiendo que te dé el tiempo que no tengo." Dijo el viejo lord, nervioso acariciaba su barbilla.

Pero la mujer siempre obtenía lo que quería. Ella lo sabía, él lo sabía, hubo un acuerdo silencioso en el pasado.

Él seguía luchando antes de que la última ola lo empapara. Inútilmente se aferraba a algo que nunca tuvo. Una mirada fue suficiente, antes de que él cediera.

"Bien" Él suspiró, rindiéndose. "Tres días más. Eso es todo." Él ni siquiera pudo mirarla a los ojos.

Ella no respondió cuando se fue. Ella raramente lo hacía.

Él lo dejó atrás con un sentimiento en el estómago, aunque él pensaba que bajo estas circunstancias ya debería estar acostumbrado. El sentimiento de morir. Se acercaba, capturaba su respiración y lo dejaba con frío, asustado, temblando.

"Putos nobles" gruñó él antes de cerrar la puerta después de ella. Miró dos veces, no, no era suficiente, miró tres veces antes de que él pudiera sentirse a salvo de nuevo.

¿Por qué había contratado a la Orden de Plata otra vez?

Ellos eran psicópatas implacables que no sentían ningún dolor. Ellos no sentían empatía, ni amor, ni compasión. Ellos eran realmente los soldados perfectos. Él dio un profundo suspiro antes de volver a su cuarto de estudio. Tan pronto como se aproximó al pasillo, escuchó los pasos de su hija.

"¿Ellos estuvieron aquí otra vez?" preguntó ella con un tono serio. Por los viejos reyes, ¿Ella dónde había aprendido a hablar así?

"Así es" respondió él. Sería inútil negarlo. "Vuelve a la cama, Charlotte." él intentaba dejar la pelea para otro día.

"¿Esto es por mamá?" preguntó ella, parecía más preocupada que enojada. El viejo lord rió.

"Mi pequeña niña se ha convertido en una fina dama" respondió "Por favor, cariño. Hablaremos por la mañana. Tengo trabajo que hacer."

Parecía que ella aún tenía un montón de preguntas, pero ella sabía que tendría que guardárselas para otro día. Esta noche, ella no obtendría ninguna respuesta. Tomó un candil y regresó a su habitación. Empujó a su padre antes de dejarlo en la oscuridad. Él sonrió. Esos pequeños gestos eran como los de su madre.

¡Oh, cuánto la extrañaba! Su dulce Adeline. Ahí es cuando recordó el motivo de haber contratado a la Orden de Plata. Para que la encontraran y la trajeran con vida. Habían pasado años desde que ella fue secuestrada pero él no había perdido la esperanza. Bandidos, rivales y otros rufianes al azar. Quienquiera que la tuviera, iba a pagar por cien.

Él lo sabía, estaba seguro de que ella seguía viva y él haría todo lo que estuviera en su poder para encontrar a su amor.